El criadero “La Cocha” ubicado en las sierras de Córdoba, se encuentra aprobado y registrado por la Federación Cinológica Argentina (FCA). Sus propietarios son Ulises D’Andrea Nores y Jorge Alberto Funes, ambos jueces internacionales de la raza.
Tanto Ulises como Alberto toman las decisiones sobre las cruzas de perros, alimentación, crianza, salud y entrenamiento.
"La Cocha" abarca 3.000 hectáreas de campo, lo cual permite el desarrollo de los perros en libertad, con entrenamiento físico y funcional ideal. En esta extensa dimensión se realizan cruces de ejemplares, nacen cachorros, se desarrollan y se educan; y se prioriza la sociabilidad con otros animales domésticos y fundamentalmente con personas.
El criadero cuenta con excelentes veterinarios que supervisan la salud y prevención de los ejemplares desde su nacimiento.
A los los 45 días de vida, cada cachorro recibe un test auditivo (“Test de Baer”) y una eco doppler color cardíaco para detectar cualquier anomalía congénita. Mensualmente, los veterinarios efectúan un examen clínico por animal, y anualmente, se realizan laboratorios de sangre, orina y materia fecal, y pruebas serológicas para tener un control de la salud de los perros. Luego del año, son trasladados a la Universidad Nacional de Río Cuarto para que profesionales especialistas en displasia de cadera, les tomen una radiografía.
"La Cocha" ha obtenido numerosos reconocimientos en todo el mundo por cumplir con los más altos estándares de calidad de la raza.
Desde el nacimiento, los dogos son alimentados por marcas que garantizan todos los estándares de calidad para lograr un crecimiento con la mayor fortaleza posible.
Con el objetivo de prevenir un amplio espectro de enfermedades, los animales reciben todas las vacunas indicadas por los veterinarios en tiempo y forma.
Desde el momento del parto, los cachorros reciben un cuidado intensivo en espacios especiales, para resguardarlos del calor y frío extremo.
Los dogos del criadero son formados con una exclusiva orientación a la socialización con sus dueños, para lograr cumplir con el fin de uso al cual se destina.
Cada perro dispone de su documentación oficial que certifica sus correspondientes relaciones genealógicas otorgado por la FCA.
Los avances en la epigenética han demostrado que el desenvolvimiento innato es el que marca el equilibrio y sanidad, tanto corporal como mental, de los futuros perros.
En “La Cocha" se opta por una crianza natural con el fin de mantener la rusticidad y salud de las nuevas generaciones. Se respeta el nacimiento del cachorro lo cual implica que los servicios de montas no son asistidos, no se realizan inseminaciones, los partos no son supervisados y la lactancia no es inducida.
Hasta los 65 días de vida, se prioriza la alimentación del cachorro con leche materna. Sin embargo, a partir de los 40 días comienza además a recibir productos sólidos naturales como: carne vacuna, pollo, verduras, frutas y arroz.
A los 45 días de vida y hasta los tres meses, el cachorro es trasladado junto a la madre a espacios abiertos con dificultades en el terreno, para valorar y desarrollar su curiosidad y su instinto de búsqueda. También juegan con niños y adultos para brindarles cariño y que socialicen.
A partir de los 60 días, y durante 10 días, la madre se retira del lugar y regresa sólo por la noche. Luego los cachorros permanecen allí y juntos hasta los 90 días. En dicho momento, se los suelta a campo abierto para socializar con animales domésticos.
A partir de tres (3) meses, el cachorro de dogo puede ser seleccionado por un nuevo propietario y retirarse del criadero.
Se estima una estadía de cuatro días de duración en los que los visitantes podrán disfrutar de las comidas autóctonas argentinas: carne vacuna, chivo y cordero a la parrilla, a la estaca, al horno de barro y al disco; y tomar los mejores vinos de nuestro país.
Aquel que visita “La Cocha” permanece en la estancia compartiendo experiencias con los perros en medio de la naturaleza. Se realizan cabalgatas para conocer y disfrutar del espacio en el que crece el dogo argentino.
Trasladamos al visitante a alguna de las provincias en las que la caza está permitida, como Río Negro y La Pampa. Allí se aloja a los huéspedes en casas rurales y rústicas con todas las comodidades.
Proponemos varias modalidades a elección del visitante: